Good Morning Call (Netflix JPN): B+

Otro original de Netflix esta vez de Japón. Con el primer episodio me doy cuenta que hay más probabilidades de disfrutarla que “Midnight Diner: Tokyo Stories”, aunque nuevamente la producción se ve muy sencilla, me recuerda a la producción de programas nacionales como “La Rosa de Guadalupe” o “Mujer Casos de la Vida Real” donde la fotografía es muy sencilla, pero no tan sencilla como para verse hecha por una cámara casera, lo cual me hace preguntarme si los japoneses son más de telenovelas que de series.

Un punto a favor, que fue lo que me gustó de “Atelier” (sigo perdiendo esperanzas de llegar a ver una segunda temporada) pareciera que estoy viendo una caricatura como “Los Súper Campeones” o incluso “Pokemon”, los efectos de sonido cuando tropiezan, caen, encuentran algo etc. Esos close ups y cambios dramáticos de música cuando se sorprenden, lloran o ríen. Tal y como en las caricaturas, e igual que en ellas, las actuaciones se sienten exageradas para denotar tristeza, asombro y risas, pero es de pronto parte del encanto del programa.

“Good Morning Call” es una serie juvenil, Marina entra a la preparatoria, sus padres se mudaron a una granja y ella se queda en la ciudad sola, mudándose a un departamento muy grande y muy bien ubicado para el costo de la renta, hasta que sorpresa, obviamente fue una especie de estafa, el departamento se lo rentaron a otra persona, Hisashi, uno de los top 3 de la prepa (aparentemente las niñas votan por los más codiciados y hacen su ranking). Ambos tendrán que aprender a vivir juntos si quieren costear y seguir viviendo en dicho departamento, pero eso sí, Hisashi le prohíbe decirle a sus compañeros de prepa que viven juntos y además deberá de conservar su distancia de él.

Desde la primer secuencia da risa y curiosidad por saber qué tan dramatizada o distante esta de la vida de los adolescentes japoneses esta serie.

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